domingo, 18 de enero de 2009

Collage - Cirugia de la separación



("Siamesas, la operación y la cirugía de la separación")


¿Sucede?, aunque nose de que hablan
Igual no me interesa sorprenderte, si ya no quiero ir
La desconfianza de tierra oculta
pedile a la negra que te debilite,
Negro wisky
Asi en el vencimiento seas presa de faciles cazadores, ahora en el retroceso, resplandecía una antigua uña carnada, sometiendo a los pies de sal en colonias aburridas.
Con presiones ridículas hasta la quemadura del esófago, morfina de encantamientos enterrados.
Aunque no lo decía para sorprenderte, decía solo un suceso de su ver
El mucus desparramándose por paredes violetas, podía sentir al bronce raspado de un bigote multicolor, para que aparezca el invisible con plasticola brillantina, perturbando a una foca que tomaba jugo de tomate para muertos.
Las histéricas saltaban ante el primer reconocimiento, el fusionarse con la conexión del mal. En la peluca de la cripta para molestar a los cadáveres. Eso demostraba que le tocaba la gorra de astroboy con flequillos deprimidos. Que se vengaban de los que quería, en las arcadas de los ataques al corazón.
El baston de la asfixia, un show de la luna llena, con rulos de compasiones vencidas, en las rojas perfumando las arrugas suicidas
Afuera, quedo el afuera en un circulo. Quería atacar su misma vergüenza, la matriz del pedazo de hielo. Alejarse de la ciudad a la defensiva haciendo sobres de juegos
Con hechizos de globos para la ciénaga que insistia en la destrucción.
Brinda una copa los planes rotos mientras muerde el cigarrillo la enfermera del aeropuerto
Leia: “La distorsion de las ideas era lo mismo a la locura”, un pasajero de figuras cantando galaxias.
Tenia la pipa del abismo en las heridas que abstraían su coraza.
Hasta cuando iban a hacer a la misma.
El metal sacrificaba las ropas evaporadas, las velas de pudor tenían el color de la oscuridad con la imagen de San Pedro, bebidas de hongos, mareaba la confusión calmando el caos.
Una agradable mujer que atraía por sus frutos pelados con micrófonos, repetía la televisión. Donde el cielo era una placa de calambres, comiendo serpientes asesinas en lagunas estancadas
¿Cómo reconocerlas si se niegan?
“Oh, trampa, al mal echo” y agarro el cofre de los sueños. Agitando satisfacciones de barro.
Pacto de silencio en la adolescencia. Ponerle cables en los brazos, la olla de sangre con bichos de luz que no los dejaban ir porque querían comer y tocar
Broncas por sus apariencias o quizás, negar las escaleras de la heroína esos fluidos estomacales. Las imagenes de un papel pìcado igual a orgullos del quebrado.
Flores del olvido caian con las piñas como las pulseras del control y la búsqueda. Creian que aprobaban los buenos o los que aman.
Despues de eso, el vino celebraba que no la entendían, el aullido de un eclipse inundado. Esos de varios colores que titilaban y cambian de tono, en las plataformas flotando para masticar. Los juegos psicodélicos no descubren a Freddy y el amor
Aguilas de guerras amenazaban a las bombas. El duelo de los esclavos, un solido argumento de poros marcados. La de tercio pelo sensible hundiendo quemaduras, las gotas pintadas trataban de interpretar los ganchos de la mente. Esos que buscaban una interpretación de los sucesos.
Aromaticos por el fuego que ardia en el envejecimiento, perfumes de flujos acidos. Tatuados de epidemias en el laberinto para no llegar al final. Al final, curandera en los precipicios del limite. Los hilos incoloros del abanico, un sudor que llegaba hasta las ampollas de dracula, en los huecos que no entienden cuando dicen : No te quiero
Después del cansancio, estrellas de mar hijas del susurro
Yanin