lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Preparados para cierto hábitat?

("Yinis", Yanin)

¿PREPARADOS PARA CIERTO HÁBITAT?
Los seres evolucionan o se transforman según el medio ambiente que vamos desarrollando. Nos modificamos según el hábitat que generamos y nos preparamos para adaptarnos a ese espacio.
¿Estamos preparados para convivir con la tecnología como parte de nuestro hábitat?
 Si nuestro cerebro fue capaz de crear todo el conocimiento científico que nos rodea, quizás sea porque nos comenzamos a descubrir...
Pero, en realidad: ¿Para qué estamos preparados? 
Por ejemplo: El cuerpo de las mujeres se desarrolla de tal manera que pueda cumplir la función de ser madres. Su cuerpo cambia, las caderas se ensanchan para que el feto tenga lugar en su desarrollo, los pechos crecen para alimentar a su reproducción o su hijo, etc. Aunque, en la actualidad, el cuerpo femenino cambió, disminuyendo sus caderas, ya que el ideal femenino es la mujer de caderas angostas y flaca, todo lo contrario al ideal de antes dónde el símbolo de la fertilidad era la mujer caderona.
Sin embargo cada cuerpo se genera con cierta estructura, preparada o adaptada para convivir con su hábitat. En el momento en que se sale de ese hábitat, se transforma en otra especie. Se produce una metamorfosis, en su cuerpo, para adaptarse al nuevo espacio. Y eso pareciera ser una facultad del ser, como un pasaje o un viaje hacia otra generación.
En el momento en que se sale de ese espacio, y se entra a un nuevo mundo, es como decir que se rompió el huevo. De esa manera se puede seguir entrado a otros mundo o dimensiones, en la medida en que se siguen rompiendo otras capas. Es como decir que: Haber roto un huevo, no significa que no haya más capas para romper, u otro huevo más grande y así sucesivamente. 
Por ejemplo: Los animales acuáticos cuando se animaron a salir del agua se transformaron en otra especie para adaptarse al nuevo mundo o al nuevo medio, el ambiente terrestre. Hoy los conocemos como los anfibios, pero de ellos surgieron otras especies en la tierra.
Por lo tanto cada vez que un ser sale de su hábitat y entra en otro, no solo es como romper un huevo, sino que además se genera una metamorfosis, en su estructura corporal o en su forma.