martes, 8 de marzo de 2011

Alguien huele una flor y otro le vomita

( "Nave Caracol", Yanin)


... "A la marihuana le ponían veneno"...

Es lo que estaba pensando cuando en frente mio, a lo lejos, vi a un hombre oliendo una flor, pero en el instante que me acerque y lo pude ver mejor, me dí cuenta que en realidad estaba vomitando al lado de la planta.
 No había nada que decir, seguí de largo. Ya lo sabía todo, quizás logré que se escaparan unos diminutos susurros esos que suenan a pena. Pero no era pena, era un roce con la sorpresa que pretendía atraparme y ¿regalar unas lágrimas por la tierra humedecida?
Le vomitaba a la tierra, desde donde crecía la planta, y luego esos desperdicios la fertilizaban como abono. Ahora era rica en proteínas y la planta que crecía en ese pedacito de espacio verde, se volvería radiante. Y sin saberlo, la estaba alimentando, porque luego esa materia sería descompuesta por bacterias y microbios y la raíz absorbería los átomos que le sirvan. Era un sistema de cultivo espontáneo, como en los campos que les tiran preparaciones vomitivas, pero que para la tierra son muy nutritivas... Seguro que ese pedazo de tierra se había vuelto muy fertil, tan fértil como el poder.
... Entonces, el hombre no olía a la flor, sino que vomitaba en la tierra....

... En otro tiempo, alguien que olía una flor, hacía vomitar a otro y su vómito volvía a la tierra; y la tierra se lo devuelve con sus cosechas y sus aromas. La huele y vomita, como una cadena, que quizás, formaba una molécula y esa molécula contenía varios átomos, que al descomponerla, a través de la degradación, separa los átomos y estos se unen con otros que están sueltos para formar otra sustancia u otra composición química...

Yanin