domingo, 7 de septiembre de 2014

Ese exterior

  ("Un ojo", Yanin)

  La mente animal decía con otras voces y hablaba de su expansión... Decía de los otros, ciego de sí mismo. No lograba contemplar su propia expansión...
    ¿Por qué somos así?
Porque vemos a los demás y reaccionamos hacia ellos según lo que somos y no nos damos cuenta que la reacción y las palabras nos transforman en lo que estábamos mirando, como si esa visión se hubiese convertido en una semilla que crece dentro de tu mente. 
   ... Pero no nos gusta ver... Porque ver sería darnos cuenta que aquello que vimos en los demás es algo propio. Nuestra manera de ver el mundo puede condenarnos al mismo tiempo. ¿Por qué aquel que veía a varias personas como si tuvieran algo malo, jamás se podía ver a él mismo, que quizás era el que tenía algo grave? O como aquel que ve a todo su alrededor como unos zorros menos a él mismo. ¿Acaso se ve?
  ... Pero no nos gusta ver...
O quizás miramos hacia afuera como si no fuera una expansión de uno mismo, un código, una intuición, un conocimiento callado, una visión, una sabiduría. 
Entonces ¿que significa ver hacia el exterior, hacia afuera? Quizás ese exterior nos comunica algo, lo que nos pasa, lo que somos, etc.  No miramos hacia afuera porque sí... No miramos de cierta manera porque sí y no pensamos de cierta manera porque sí, todo eso va creando una semilla en nuestra mente o en nuestro interior que alimentamos. Quizás esa forma de mirar y de pensar va a ser solamente tuya, es tu semilla, que comienza a crecer en tu mente y en tu interior y se transforma en eso mismo que mirabas. 
 Ay, ay, ay... Ese exterior... Aquello que quizás no sabemos o preferimos negar.
                                   ... Porque no nos gusta ver...