("Fuego y Sombra" Yanin)
... Todo parecía ser un testimonio del deseo...
El dolor era el testimonio de un deseo, el odio, también. El rechazo hablaba de un deseo escondido; la envidia hablaba de un deseo también. ¿Cómo surgían sino todos esos sentimientos si no era a través del deseo?
... No era acaso, el deseo, el motor de la violencia
... No era acaso, el deseo, el destructor del ser,
el consumista de mi conciencia,
el cosntructor del error,
el aniquilador de la integridad.
El que te encamina hacia la mortalidad. El gran enemigo, ese deseo que te envenena, que te vuelve impotente. El que aparece a escondidas y, disfrazado de sabiduría, te atrapa sin que te des cuenta, y cuando caes en sus redes, ya es muy dificil volver atrás.
¿Quién podría escaparse de ese deseo, sin ser atrapado por sus redes en este mundo caido hacia la mortalidad?... En donde todo procedimiento lo hace crecer más, porque se inicio con un deseo.... Porque sostienen la inmortalidad...
Por lo tanto cada vez es más intenso, porque hay más violencia, y la violencia es la descripción de un deseo intenso.
... Hay una profundidad o un fondo y quizás esta habitado por el deseo...
No es acaso este mundo un gran deseo o el crecimieto y la evolución del mismo. O, quizás, es el deseo el que pretende enseñarnos y por eso entro en este planeta, para demostrar su poder y la debilidad del hombre... Ya sin piedad, solo para barrer o enfermar...
Yanin