Secos mis ojos,
atrapados entre aspiradoras y baldes que tapan la miel.
Seca mi memoria,
con los recuerdos distribuidos, repartidos para no volver a revivirlos.
Seca mi energía,
por un grano que era como una miga
Seca mi conciencia,
evaporada y convertida en niebla
Seca de desierto
y me atrapo el agua
que ahoga mi fuego