Mi estómago cerrado como un destino, como cerrada al mundo... Sin anillos...
Quizás, algo bizarro para excitar... algo monstruoso para empalagar y luego tomarla, beberla como chupándola gota por gota. Exprimirla hasta quedar saciados como si miel saliera de sus pechos y ellos no paran de lamer, mojando con la lengua y haciendo círculos...
Pero cuando ya no sale más, comienza la inquietud, se desesperan y aprietan el pecho como salvajes por la miel... Sin embargo estaba cerrado y ya excitados no podían penetrarla. No ingresaban, se convertían en aires y vapores circulando...
No ingresaban pero permanecían pegados en la punta y se movían o solo manoseaban y se alejaban marcando una sensación infinita.
Hasta que luego, cuando ya estaba abierta y vacía, se enroscaba, se estiraba y se movía como con espasmos y frenesí. Ya sin control y en trance...
No tenía fin, se estiraba y se enroscaba, la serpiente...
Yanin