¿Qué le sucede a éste tormento tan infantil, que infecta los nervios como espantos activos de la noche tenebrosa del sol? Ya no son cantos estas ondas del ruido Ahora estaré sola y las sombras se me acercarán para empequeñecerme y acobardarme. En el llanto profundo del apego que ama lo que no quiere soltar, en vez de amar lo que dejamos en libertad.
¿Mover la soledad de este frenético bosque? La esperanza que se asemeja a esta vegetación... Quizás, algún día... Quizás... Tan lejano como atrayendo a la antigüedad. Esta historia de la angustia reviviendo, relata estos paisajes solitarios. Hambres de pueblos, las miradas eran incógnitas o describían ideas lejanas como fantasmales, como dibujos de ilusiones. Las pequeñas y reales mariposas suenan a canciones de cuna. Amarillas revolotean casi para pasar desapercibidas , se mezclan entre la vegetación... Me escondo entre las multitudes, no me encuentren en La Plata cuadrada. Porque los minerales son cuadrados... La Plata cuadrada llena de números... Yo debo ser el 7 o el 77 o el 777. Agreste, con campos fértiles y rock and roll.
Cerrada y abierta, las estrellas anuncian la entrada de la angustia, en ese pozo sin dirección... Baña un sin sentido como barros transparentes, ansiando las activas drogas, mientras los pies se hundían en mierda húmeda como un pantano. De esa manera, el sol mecánico transformaba el entorno en tecnología y la mente creía que el poder es manejar, igual a la política. Castañas de cajú, marroncitas como la confianza. Expandir inflaba el globo, expandir era el alivio frente a la oscuridad. ... La estrella se movía como si fuera un avión... ¡Cuánto se bebía en los jardines ocultos y abandonados que se enroscaban con imágenes fantasmales!... ¿Por qué piensan que no existen o por qué no comen? Entonces, después necesitan alimentarse de otras maneras, como si la existencia le estuviera explicando el motivo de su desaparición.
La separación del mundo me dormía como disparos de infelicidad, como separar el amor de la justicia. ¿Acaso no están unidos? ¿Puede haber amor en la injusticia? El canto del mar se volvía sordo y la luz oscura envolvía la noche, como un manto pintado que me consumía para no desaparecer. Porque había que estar desde aquella vez que pensaron que no estaban. ... Si no crees en dios estás afuera. Al fin y al cabo: ¿De quién es este mundo?