Había una vez un señor que andaba paseando y en el camino se encontró con una galleta. La agarró para comérsela y cuando se acerco se dió cuenta que se iba a comer una galleta de mentira.
_ Que raro_se dijo_ ¿Una galleta de mentira?
Entonces comenzó a observarla un poco más de cerca y vió que la galleta de mentira era una muñeca. ¡No lo podía creer! Se agarro la cabeza con las dos manos como diciendo "Estoy loco. Me iba a comer a una muñeca hecha de masa"... La olía, tenía sabor a harina con huevo y se notaba que estaba bien amasada.
Pero cuando la observo mejor...¡No lo podía creer!... Se parecía a alguien que conocía. Su pelo eran tiras de caramelo, sus ojos eran dos pastillas y tenía el mismo rostro. "¡No puede ser, no puede ser!", decía agarrandose la cabeza con las dos manos...
Pero...¡De golpe! Le hablaba a la muñeca amasada y ella ¿le contestaba?...
_ ¡No puede ser, no puede ser! ¡Me habla!
¡No lo podia creer!. Se parecía a alguien y comenzó a tener mucha hambre. Su aroma y su voz lo atraían un monton, era como si comenzara a transformarse...Tenía mucho hambre... Se le acerco un poco más como para darle un beso y le mordió un cachete. Ella cambió su rostro y lo miró con tristeza. ¡Guau! Parecía más dulce, expandía sabores en el aire y sin dudarlo comenzó a probarla. Era muy rica... ¡No pudo aguantar más y se la trago!
Cuando se quiso dar cuenta, vió que se había comido a su pareja.
Yanin
1 comentario:
Hermoso y sutil cuento, lo disfruté mucho.
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