_ ... ¡Qué estuve mal!... ¡Estuve mal!... El ñoqui era enorme y duro, para no comerlos, quedaban como tapando, como cortinas creando imágenes o formas. Se parecía a una mitocondría o a una sangüijuela que te chupa y se apega. Uno de esos ñoquis valía por seis o más. Luego parecían almohadillas que daban impresión: "Te estoy comiendo"_ decían. ¿Y eso es natural? El ñoqui se vengaba y ahora pretendía comerme a mí. Quizás estaba encerrada entre almohadas que eran ñoquis, mientras un fantasma intenta hacer girar... el cuello...
Yanin
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