sábado, 14 de junio de 2014
¿Un pedo?
El estómago era tormentoso, con radiaciones que venían desde el cielo directo y apuntaban hacia mi pecho, como un fluído de orina ácida que ardía y presionaba hasta la lluvia. Pero no condensaba, caía.
Trataba de elevarla, estirándole la cabeza, con una radio que repetía: ¡BIEN! ¿QUIÉN ES?.
Se hablaba en silencio, provocando estacionar. Las voces no frenaban el fluir. Era la intención de esas voces lo que frenaba y hacia dudar, como si algo estuviese mal.
La radio que repetía: ¡BIEN! ¿QUIÉN ES?
Se mordía el aire de la panza como una reacción generando los movimientos estrambóticos.
Se mordía el aire.
El aire de la cola...
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