("Enlaces", Yanin)
Antes del luego, camino como si tuviera un principio de epilepsia con ausencias que te desconecta del mundo y de esta realidad al menos por unos minutos para escuchar las voces del veneno que inyectan esas palabras que el alma no dice. Así es, como colgándote la cabeza de un clavo que siempre está más alto. La lucha por saber de quién es o a quién pertenecía. Por el "mio"... "Mio" era un tema de lucha.
... Entonces tengo que ir a arreglar algo con las puntadas del no entender como una pelea del querer. Por alimentos que nadie se la cree, por rivalidades que pretenden y dejan pozos ambiciosos.
Porque, no son felices con cualquier cosa.
Porque, querer es igual a "mio".
Las luchas son para construir el querer.
Nunca, pero nunca se puede ser feliz queriendo.
miércoles, 22 de octubre de 2014
domingo, 5 de octubre de 2014
¿Hay algo mejor?
("Dibujitos monstruitos", Yanin)
Hay situaciones que buscan el entendimiento como cuando se agota esa manía del escenario en donde las máscaras se resbalan como rasgadas y eso es lo que se tiene que ver.
Una lombriz se convertía en un barrilete y salía volando con su cara romboidal.
Nada hay afuera,
nada por descubrir,
nada por quien pensar,
nada que entusiasme.
Nada sigue luchando por alimentarse y tomar.
Nada hay afuera
porque nada hay adentro.
Lo que sucede ahora no lo entiendo... Muchos movimientos como de aire, telas que tienen ojos.
Movimientos aburridos... Mejor la quietud para alimentarse de las ondas y del sueño, con letras que tienen puertas.
¡Puede ser todo tan insignificante! ¿Hay algo mejor?
Los monstruos eran los que hablaban. No ven pero escuchan. Y así la van guiando sin darse cuenta.
Hay situaciones que buscan el entendimiento como cuando se agota esa manía del escenario en donde las máscaras se resbalan como rasgadas y eso es lo que se tiene que ver.
Una lombriz se convertía en un barrilete y salía volando con su cara romboidal.
Nada hay afuera,
nada por descubrir,
nada por quien pensar,
nada que entusiasme.
Nada sigue luchando por alimentarse y tomar.
Nada hay afuera
porque nada hay adentro.
Lo que sucede ahora no lo entiendo... Muchos movimientos como de aire, telas que tienen ojos.
Movimientos aburridos... Mejor la quietud para alimentarse de las ondas y del sueño, con letras que tienen puertas.
¡Puede ser todo tan insignificante! ¿Hay algo mejor?
Los monstruos eran los que hablaban. No ven pero escuchan. Y así la van guiando sin darse cuenta.
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