("Dibujitos monstruitos", Yanin)
Hay situaciones que buscan el entendimiento como cuando se agota esa manía del escenario en donde las máscaras se resbalan como rasgadas y eso es lo que se tiene que ver.
Una lombriz se convertía en un barrilete y salía volando con su cara romboidal.
Nada hay afuera,
nada por descubrir,
nada por quien pensar,
nada que entusiasme.
Nada sigue luchando por alimentarse y tomar.
Nada hay afuera
porque nada hay adentro.
Lo que sucede ahora no lo entiendo... Muchos movimientos como de aire, telas que tienen ojos.
Movimientos aburridos... Mejor la quietud para alimentarse de las ondas y del sueño, con letras que tienen puertas.
¡Puede ser todo tan insignificante! ¿Hay algo mejor?
Los monstruos eran los que hablaban. No ven pero escuchan. Y así la van guiando sin darse cuenta.
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